Proselitismo ecológico
O el robo descarado de las Municipalidades
Basta con solicitar la lista de proyectos/actividades programadas a la gerencia encargada de Servicios a la Ciudad (también llamada Parques y jardínes) para descubrir que además de sus malas campañas de reciclaje y de comprar tachos más grandes y caros, no tienen ni idea de que hacer.
"Techos verdes", la sola frase te trae una imagen de una ciudad futurista pero te das de narices con la realidad cuando te percataz que son escasos los ejemplos que realmente funcionan. La idea suena linda, los beneficios son considerables y las fotos se ven hermosas pero es una manera de fingir que se hacen obras y justificar grandes gastos.
En Lima, distritos como San Borja y La Molina ya tienen incluso sus "paraderos ecológicos" cuyo único fin es estético, ya que la capacidad de absorción de CO2 en las hojas de las plantas es superada por el smog de nuestras congestionadas avenidas. Esta parece la solución que nos venden las autoridades como si resolvieran definitivamente un problema generado por ellos mismos: la ausencia de áreas verdes.
A esto llamamos "proselitismo ecológico", aplicar una estrategia de marketing que busca atraer partidarios que respalden a las autoridades. ¿Cómo? Haciendo obras con las que pretenden dar una buena imagen ante los vecinos. ¿Por qué? Fingir que hacen proyectos con ideas bonitas y verdes les permite dedicarse a tranzar negocios con empresas y gastar el dinero de los contrinuyentes en cosas caras que no necesitan e ignorando lo prioritrio (seguridad, áreas verdes, fiscalización). Seamos sinceros: el único reemplazo efectivo para un árbol, son otros árboles.
Aunque no es sencillo sembrar lechugas hidropónicas ni armar un huerto en el techo de tu casa, lo realmente difícil es tener el tiempo de cuidar los jardines y parques. Si la gente sigue tirando basura donde le da la gana y las áreas verdes quedan descuidadas por las autoridades, no se puede esperar nad de la gente. Nos preguntamos, ¿por qué no se invierte en educación ambiental?
Chocante realidad
Hoy las ciudades sin orden ni previción a futuro pierden una considerable cantidad de áreas verdes en nombre de la "necesidad" de la población que busca espacios recreativos, edificios, estacionamientos, establecimientos varios. La escasez de parques en la ciudad de Lima es alarmante, sobre todo por los casos de autoridades que han talado árboles antiguos y altos para ampliar avenidas (que no resolvieron el tráfico vehicular) y colocar simples chifleras que no crecen por el poco espacio que tienen las raíces.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la proporción de áreas verdes por habitante debería ser de 8 m2 por habitante. Esto quiere decir que si en una cuadra promedio habitan unas 70 personas (unas 20 casas, no edificios), alrededor deberían tener al menos 5 parques de la misma dimensión de la cuadra. Pero no resulta. No es así, en la realidad es inversamente proporcional.
Aguanten la risa porque esta realidad nos perjudica a todos, basta con barrer la vereda o mirar las manchas que se forman en la cortina cerca de las ventanas que dan a calles transitadas. Respiramos veneno a diario, pero no es lo peor. Si creen que Lima es gris ahora, esperen a ver dentro de unos años como se agrava la situación.
Máscarita verde
Esta repentina iniciativa de las Municipalidades por llenar de flores la ciudad, invertir en árboles artificiales (purificadores de aire) y de ganarse el título de "ambientalmente amigables" solo se debe a un motivo: dinero constante y sonante. El secreto reside en el incentivo económico que recibien ahora las Municipalidades que participan del programa "Segregación en la Fuente y Recolección Selectiva de Residuos Sólidos Domiciliarios" del Ministerio del Ambiente (MINAM) y el Ministerio de Economía (MEF).
La idea de recibir un apoyo económico a cambio de una mejora en la gestión de residuos sólidos es tentadora para las autoridades pero no trae grandes beneficios a las personas que residen en el distrito, sobre todo porque muchos municipios apuestan por colocar depósitos subterráneos carísimos y los informes no son accesibles al público, por lo cual no hay manera de evaluar si ha sido una buena inversión.
Lo peor es que este tipo de gastos innecesarios suelen ser inflados con el único deseo de llenar bolsillos. Basta con presentarse como vecino y solicitar la lista de proyectos/actividades programadas a la gerencia encargada de Servicios a la Ciudad (también llamada Parques y jardínes) para descubrir que además de sus malas campañas de reciclaje y de comprar tachos más grandes y caros, no tienen ni idea de que hacer.
No elaboran charlas informativas, no les importa el tipo de riego de los jardínes, no tienen mapas actualizados de los árboles, tardan en realizar las podas, mucho menos manejar el tema de excreta de mascotas y el aumento de palomas por toda la ciudad. Nos ven la cara. Invierten en todo menos en comprar terrenos para áreas verdes o siquiera cuidar las que ya tenemos.
Así que exijan las metas y cronogramas a sus autoridades para ver en que se usan los arbitrios de cada mes: si pagar por calentar asientos y hacer publicidad verde o en buenas obras y una gestión de calidad.
*Último dato: los municipios que alcanzaron la meta de recolección recibieron (como cada año, desde el 2011) un equivalente en soles de lo recolectado antes de las elecciones municipales del 5 de octubre, por lo que no sorprende que varios alcaldes tuvieran dinero para sus campañas. Un ejemplo es Lince, donde el alcalde Príncipe fue reelecto en su 3°periodo y recibió en Julio pasado S/.21 millones de soles.