Vida
o la eterna pregunta sobre cómo estamos conectados
"Para que haya continuidad se necesita balance, para que haya balance se necesita vida, para que haya vida se necesita continuidad. Sin unos no hay otros y todos forman uno".
Muchos activistas se dedican a defender el ambiente y sensibilizar a las personas, señalar lo importante que es mantener el equilibrio natural e incluso mostrar la relación que tenemos con el mundo entero, tanto con animales, como con el reino vegetal y mineral. Y no es para menos, estamos vinculados en un eterno ciclo simbiótico en el que nuestras acciones afectan al resto, en el que todo lo vivo está unido por un hilo invisible e indivisible. ¿Es así?
No hay otra forma de explicar por qué la desaparición del Dodo generó la disminución del tambalocoque en la isla Mauricio, árbol cuyas semillas germinaban en los intestinos del ave. Sin estos árboles, otros aumentaron trayendo un desequilibrio terrible. ¿Qué hizo el hombre? Trajo animales nuevos a una isla donde las criaturas no tenían predadores. Perros, cerdos y otros terminaron con los nidos y el hombre, con las aves. Todo está conectado y a veces, es nuestra ignorancia y ambición descontrolada la que generan estos desastres, como en Sidoarjo (Java). La extracción de gas a través de la fractura hidráulica (fracking) generó un volcán de lodo, formando un lago fangoso que crece sin parar inundándolo todo y dejando a miles de personas sin hogar.
Perpetuación
Pero, ¿qué es lo que tenemos en común y nos une? La vida. ¿Qué es la vida? Desde el punto de vista biológico, se considera con vida a aquellos seres animados, que tienen movimiento propio. A través del tiempo, las células crecen, se reproducen, mueren, se desintegran, alimentan a otras y el ciclo continua. ¿Y por qué no termina? ¿Qué les da movimiento? ¿Qué generó la vida y cómo es que se transmite? ¿Por qué no podemos crear vida o darla?
Algunos creen que la vida es la repercusión de una gran explosión que generó el universo y cuya fuerza continua a nivel menor. Otros creen que es un proceso de transformaciones que lograron generar células autosuficientes capaces de reproducirse y que se han desarrollado hasta convertirse en conjuntos complejos, siendo el hombre el más desarollado. Pero el sólo hecho de que elementos inertes como el oxígeno, carbono y otros, se unieran para formar materia viva resulta inexplicable.
Algunas estrellas de mar se reproducen en más de una forma, como autoreplicarse de manera asexual a través de la gemación, igual que las medusas. Una parte de ellos se desarrolla lo suficiente hasta desprenderse y convertirse en un individuo independiente. Otros como los caracoles de barro de Nueva Zelanda son hermafroditas a la vez, por lo que producen óvulos y espermatozoides al mismo tiempo. El hombre es capaz de clonar animales e incluso permitir el desarrollo de embriones en mujeres esteriles a través de la fecundación in vitro. Se puede manipular las células para la reproducción pero en ninguno de estos casos se es dueño de la vida.
Adaptación y diversidad
Algunos animales pueden cambiar de sexo, como los gusanos, algunos anfibios e incluso peces como el Amphiprion ocellaris, más conocido como pez payaso. En estos casos se trata de un cambio natural para mantener la especie con vida (perpetuar). A esto se le considera una forma de adaptación.
Muchos dicen que la adaptación biológica es un comportamiento o factor natural que ha generado no sólo los cambios en los seres vivos sino también su diversidad. Con esto nos referimos a las extremidades, que puede ser aladas, palmeadas o articuladas para vivir en ambientes diferentes, y a la vez, a los cambios que hay dentro de una misma especie como los osos blancos en el ártico y los osos pardos en los bosques.
La pregunta persiste: ¿para qué? Basta observar el ciclo para darse cuenta que el ciclo no termina en muerte sino que continua sin parar. Donde el hombre ha causado contaminación, como la isla flotante de plástico en el Océano Pacífico, la vida ha encontrado su camino. A pesar de los cientos de miles de animales que se intoxican y mueren con las particulas de plástico en sus intestinos, los Halobates sericeus han encontrado donde poner sus huevos en mayor cantidad.
Continuidad
El sentido y origen de la vida se ha vuelto la base de la filosofía y la religión. A pesar de que las ramas de la ciencia permiten comprender los procesos y funcionamiento complejo del razonamiento humano o la reproducción celular, no son capaces de describir cómo se originan esta existencia, ni de donde viene la conciencia, siendo parte fundamental de los procesos evolutivos.
Dejando de lado esto, la vida continua. Una vida maravillosa y diversa que sigue siendo estudiada hasta el punto de ver a nuestro mundo no como un espacio con muchos ecosistemas sino como un ser vivo complejo, donde la corteza terrestre es como la piel humana y los árboles como los bronquios de los pulmones, el agua como sangre y los seres que la habitamos, células del cuerpo.
Tal vez estemos lejos de comprender su complejidad, hallar su origen o incluso generarla pero los miles de colores, sonidos y formas que forman parte de la vida deben ser preservadas, tanto por su derecho a vivir como por el bien de la humanidad. Para que haya continuidad se necesita balance, para que haya balance se necesita vida, para que haya vida se necesita continuidad. Sin unos no hay otros y todos forman uno.