En horas de la mañana, los vecinos y personal de la municipalidad que transitaban en los alrededores de la laguna central de El Olivar notaron peces flotando en la superficie sin movimiento. Ante el aviso, personal especializado se acercó a verificar la situación, encontrando el 90% de las carpas muertas, con síntomas de intoxicación, escamas desprendidas y un 10% con dificultades.

Grave riesgo

Si bien la mayor preocupación deberían ser los niños y personas que transitan la zona, debemos aclarar que el mayor riesgo lo corren los animales y que justamente ellos son quienes pueden perjudicar a las personas que pudieran entrar en contacto con cualquier sustancia perjudicial que fuera vertida en la laguna.

Como lo establece la Municipalidad ante los medios, más de 200 peces han muerto. Estos peces forman parte del equilibrio natural del parque pues sirven de alimento a aves como el cormorán y a su vez, el agua de la laguna se bombea hacia las áreas verdes cada cierto tiempo para dar mantenimiento, lo que podría perjudicar a los centenarios Olivos que albergan desde escarabajos y mariposas hasta ardillas y petirrojos.

Ciertamente, debe haber consecuencias porque no resulta natural la muerte repentina de las carpas o peces koi de la laguna. Nada justifica la muerte innecesaria de animales y mucho menos el poner en peligro tanto a los vecinos, las personas que transitan el bosque y los animales que lo utilizan como parte de su ruta natural de descanso, sino al mismo Olivar que representa un ecosistema con valor histórico para los vecinos de Lima.